- Saber cómo disculparse con alguien querido, es una de las comunicaciones más delicadas e importantes que hacemos en nuestras relaciones.
- Pero, ¿sabes cómo pedir perdón de forma sincera? Es una habilidad social fundamental. No todo el mundo sabe cómo o se ve bloqueado al hacerlo.
- Disculparse con honestidad, permite fortalecer la intimidad y reparar los vínculos emocionales. En este artículo entenderás el proceso, y sugerencias sobre cómo disculparte apropiadamente, paso a paso.
El conflicto forma parte de las relaciones
Las relaciones son extraordinarios escudos ante las dificultades de la vida. Pero, en ocasiones, los seres humanos chocamos incluso con las personas más queridas.
A veces con actos o palabras; otras por omisión o descuido. A pesar de la importancia de nuestros vínculos, el conflicto es normal y forma parte de las relaciones.
Gran parte de las veces, sucede de manera involuntaria, sin desear el conflicto. Otras, actuando voluntariamente, desde la perspectiva propia. Por ejemplo, por necesidad de protegernos, o cuando sentimos que han sido injustos.
La aparición de conflictos no es un problema en sí mismo.
En muchas familias, parejas o amistades, lo que realmente falla es la falta de herramientas de comunicación y gestión del conflicto. Saber cuándo y cómo disculparse con alguien ayuda a reparar el desencuentro.
Si no sabes cómo expresarlo, puede empeorar las cosas. Una disculpa eficaz comunica empatía y arrepentimiento, además de la intención de aprender de lo ocurrido.
¿Por qué hay personas que no se disculpan?
No disculparse cuando uno se equivoca, es perjudicial para las relaciones personales y profesionales.
Si no se hace, sea por incapacidad de pedir perdón, o por sentir que rebaja su ego, alimentará la rumiación, la rabia y el resentimiento. La hostilidad crecerá con el tiempo. No alimentes este veneno social.
Razones por las que las personas no se disculpan
- Despreocupación o falta de empatía por la otra persona.
- Dificultades para asumir la culpabilidad.
- Sentir que disculparse rebaja su propia autoestima o autoimagen.
- Creencias erróneas, rigidez de pensamiento (ej.: «las disculpas no sirven de nada.»).
Cómo disculparse con alguien que quieres
A continuación tienes una pequeña guía sobre cómo disculparse con alguien de manera eficaz. No la sigas a rajatabla: tómatelo como una plantilla de sugerencias, para poder expresarte a tu manera.
Guía práctica
Resumen de pasos
2. Evita las autojustificaciones
3.Valida sus emociones
4. Expresa tu arrepentimiento
5. Repara el daño causado
Explicación de pasos y ejemplos de cómo disculparse con alguien
Asumir la responsabilidad implica reconocer los comportamientos que han perjudicado a la otra persona.
Se trata de uno de los ingredientes más importantes, pero frecuentemente no ocurre cuando se pide disculpas.
Para preparar la disculpa hay que realizar un esfuerzo empático: ponerse en el lugar del otro para entender el daño. Aunque tengas razón imparcialmente, sal de tu mente para entenderle. La experiencia emocional es interna y subjetiva.
Cuando te disculpas, asumes tu parte de responsabilidad; no implica que admitas que «todo» fue tu culpa. Lamentablemente, se tiende a temer dar el primer paso, por creer que el que cede primero es el «malo», el culpable. Desde esa perspectiva, se puede considerar como una «derrota» y no dar el paso.
La disculpa no borra el daño ni lo transforma. Establece que entiendes las consecuencias de tu comportamiento, reconociendo tu parte, y te permite enfocarte en evitar la repetición.
Una disculpa sincera ofrece un alivio doble, especialmente si te sientes culpable. Algunos motivos para disculparte:
–Expresando tu arrepentimiento, reparas a la persona afectada.
-Reabres la comunicación normal, cerrada anteriormente por el conflicto.
-Aprendes de errores y añades recursos para afrontar situaciones complejas en el futuro.
-Caminas hacia una relación más sana: se aclara lo que está permitido y lo que no.
-Fortaleces la flexibilidad mental y la compasión.
Este punto es crucial. Para conseguir disculparte de manera adecuada, las emociones del Otro deben ser reconocidas y validadas. Existen muchas expresiones que pueden invalidar a la otra persona por sus sentimientos.
Ejemplos que no reconocen las emociones, y sugerencias para validar emociones:
-«¡Bueno, perdona!¡Qué sensible eres!»
→ «Perdona, no era consciente de que te molestaría, ahora lo entiendo».
-«Te he pedido disculpas, si sigues enfadado es tu problema.»
→«Te pido disculpas de nuevo, comprendo que te sientas enfadado.»
-«No te pongas así.»
→«Lamento que te sientas así»
Si se dice algo como, «Siento que te hayas ofendido por lo que dije», sugiere que la ofensa es una reacción emocional que proviene de la otra persona. Se desliga del comportamiento que lo causó. Esto no valida emocionalmente.
→ En cambio: «Cuando te dije aquello, no era consciente de que podía hacerte daño. Ahora me doy cuenta de que te he herido, lo siento de veras». Aquí, se reconoce el comportamiento como causa de la herida, asumiendo la responsabilidad.
«Nunca arruines una disculpa con una excusa.»
— Benjamin Franklin
A nadie le gusta sentirse inadecuado. Rechazamos el papel de «malo» de la peli. Por ello, la mente tiende a crear justificaciones de lo ocurrido.
La racionalización o la negación son mecanismos defensivos inconscientes que impiden conectar con sentimientos desagradables. Por ejemplo, la culpa o la vergüenza. Este sesgo mental dificulta reconocer el daño producido.
Autojustificarse no permite reconocer la culpa. La disculpa puede ser parcial o nula si uno se justifica el comportamiento.
A veces, aparece un impulso a dominar la discusión, «tener la razón». Recuerda: en la asimetría en la que uno «pierde» y otro «gana», ambos pierden. En otras palabras, si en el vínculo uno queda dañado, deteriorará inevitablemente el bienestar de los dos.
Si no justificas, reconoces realmente lo ocurrido y conseguirás enfocarte en evitar que se repita. Explica tu comportamiento si crees que es oportuno, y establece que entiendes sus consecuencias.
«Nunca arruines una disculpa con una excusa.»
— Benjamin Franklin
A nadie le gusta sentirse inadecuado. Rechazamos el papel de «malo» de la peli. Por ello, la mente tiende a crear justificaciones de lo ocurrido.
La racionalización o la negación son mecanismos defensivos inconscientes que impiden conectar con sentimientos desagradables. Por ejemplo, la culpa o la vergüenza. Este sesgo mental dificulta reconocer el daño producido.
Autojustificarse no permite reconocer la culpa. La disculpa puede ser parcial o nula si uno se justifica el comportamiento.
A veces, aparece un impulso a dominar la discusión, «tener la razón». Recuerda: en la asimetría en la que uno «pierde» y otro «gana», ambos pierden. En otras palabras, si en el vínculo uno queda dañado, deteriorará inevitablemente el bienestar de los dos.
Si no te justificas, reconoces realmente lo ocurrido y conseguirás enfocarte en evitar que se repita. Explica tu comportamiento si crees que es oportuno, y establece que entiendes sus consecuencias.
Para aprender a pedir disculpas de forma eficaz, es importante valorar la expresión del arrepentimiento. Asumir la responsabilidad es crucial, pero es fundamental ponerlo en palabras. Es la única forma explícita de que la otra persona comprenda que te sientes mal por haberla herido, o que desearías no haberlo hecho.
En ese punto, la reparación comienza en las emociones de la persona afectada.
Qué puedo decir para disculparme
Aquí tienes algunas sugerencias.
«Lamento de veras lo sucedido.»
«Ojalá pudiera retractarme, te pido perdón por lo ocurrido.
«Sé que debería haber sido más considerado en mis formas, haré lo posible para que no se repita.»
«Me gustaría haber pensado antes cómo te podría afectar.»
Me arrepiento de lo ocurrido, ¿qué puedo hacer para compensarlo?
Si has sido hiriente:
«Sé que mis palabras te han herido. No debería haber hablado así a alguien a quien quiero y respeto. Haré lo posible por controlarme antes de hablar en el futuro».
«¿Qué puedo hacer en este momento para ayudarte a que confíes en mí de nuevo?»
Todas estas son ejemplos expresiones de arrepentimiento. Te animo a que crees tus propias disculpas, acorde con tu manera de expresarte y las circunstancias.
Si hay algo que puedas hacer para enmendar la situación, hazlo. Cualquier cosa que puedas hacer para mejorar lo ocurrido, llévalo a la acción. Si no estás seguro de lo que podría ayudar, pregunta a la otra persona.
Es importante saber disculparse con sinceridad, y parte de esa transparencia, es la voluntad de actuar.
Por último, esfuérzate conscientemente para evitar que se repita.
Conclusión
Pedir perdón es una de las capacidades más valiosas para cuidar y mejorar nuestras relaciones. En un acto de humildad, nos ayuda a reconocer nuestros errores. Puede ayudar a resolver conflictos, construir relaciones y restaurar la confianza.
En este artículo sugerimos 5 pasos para elaborar la disculpa: admitir la responsabilidad, evitar autojustificarse, validar al Otro, expresar y reparar.
¿Te cuesta pedir perdón? Deja tu opinión en los comentarios.