Trastorno Ansioso Depresivo | Guía completa para Superarlo

Introducción

 El trastorno ansioso depresivo a veces puede ser confuso. Llegan a consulta personas que, sin saber muy bien cómo poner en palabras lo que sienten, dicen: “Estoy nervioso casi todo el tiempo, siento pinchazos en el pecho, me impide hacer una vida normal, pero al mismo tiempo, no quiero salir de la cama, no tengo ganas de nada, estoy desanimado, con la cabeza pesada…”

Lo que describen es una mezcla confusa entre ansiedad y depresión. Lo que quizá no mucha gente sabe es que estos dos trastornos pueden ir de la mano. La ansiedad, con su inquietud y tensión, puede ir minando la energía emocional hasta instalar un estado depresivo. Por otro lado, la depresión, con su capa oscura de desánimo, reduce la capacidad de enfrentar el día a día, alimentando aún más la ansiedad. Se forma así un círculo vicioso que complica bastante el panorama.

¿Qué es el trastorno ansioso depresivo?

El trastorno ansioso depresivo, como su nombre lo indica, combina síntomas de ansiedad y depresión. Esto puede llevar a una experiencia compleja y debilitante que afecta tanto la vida personal como profesional.

¿Cuáles son los síntomas del trastorno ansioso depresivo?

Los síntomas pueden variar de una persona a otra, pero algunos de los más comunes incluyen:

  • Sentimientos persistentes de tristeza y desesperanza.
  • Preocupación excesiva y temores constantes.
  • Dificultad para concentrarse y tomar decisiones.
  • Fatiga y falta de energía.
  • Alteraciones en el sueño, ya sea insomnio o hipersomnia.
  • Cambios en el apetito.
  • Desinterés en actividades que antes eran placenteras.

Es importante señalar que no todas las personas tendrán la misma combinación de síntomas.

Diagnóstico del trastorno ansioso-depresivo CIE-11

El diagnóstico del f41 2 trastorno mixto ansioso depresivo, según el CIE-11, se establece cuando coexisten síntomas de ansiedad y depresión que no cumplen plenamente los criterios para un trastorno de ansiedad o un trastorno depresivo por separado, pero que combinados causan un malestar significativo.

  1. Estado emocional mixto: La persona presenta tanto un estado de ánimo bajo (tristeza persistente, pérdida de interés o desesperanza) como síntomas de ansiedad (inquietud, preocupación constante o tensión).
  2. Duración: Los síntomas deben estar presentes durante varias semanas, afectando significativamente la calidad de vida.
  3. Impacto funcional: Este trastorno genera dificultades en áreas importantes de la vida diaria, como el trabajo, las relaciones o el autocuidado.
  4. Síntomas físicos: Pueden incluir insomnio, fatiga, tensión muscular, dificultad para concentrarse, o alteraciones en el apetito.
  5. Exclusión de otros trastornos: Los síntomas no pueden explicarse mejor por otros trastornos mentales, físicos o el uso de sustancias.

Estos criterios reflejan la naturaleza compleja del trastorno mixto ansioso depresivo, reconocido también en el trastorno mixto-ansioso depresivo en el CIE 11 y el DSM-V.

¿Cómo se ve esto en la vida real?

  • Una persona pasa horas preocupada por el futuro, anticipando lo peor.
  • Esa misma preocupación constante la deja agotada, sin fuerzas para disfrutar o rendir en el trabajo.
  • Como siente que no avanza, se entristece, pierde esperanza, y esa falta de ilusión aviva aún más el miedo.
  • Se produce un ciclo vicioso que no se detiene.

¿Cuáles son las causas del trastorno ansioso depresivo?

Las causas exactas del trastorno ansioso depresivo aún no se comprenden completamente. Sin embargo, se ha identificado una combinación de factores que pueden contribuir a su desarrollo:

  • Factores biológicos: La genética puede jugar un papel importante. Si tienes antecedentes familiares de trastornos de salud mental, es posible que tengas un mayor riesgo.
  • Factores ambientales: Situaciones estresantes, como la pérdida de un ser querido, el desempleo o problemas de relaciones, pueden desencadenar síntomas.
  • Factores psicológicos: Patrones de pensamiento negativos y baja autoestima pueden aumentar la vulnerabilidad a estas condiciones.

¿Cómo se produce el trastorno ansioso-depresivo a nivel psicológico y emocional?

El trastorno ansioso-depresivo no surge de la nada; es el resultado de una compleja interacción entre patrones de pensamiento, emociones no procesadas y la forma en que nos enfrentamos al estrés. Desde una perspectiva psicológica, este trastorno se produce por la manera en que la mente interpreta y reacciona ante las experiencias de la vida, creando un ciclo de retroalimentación entre la ansiedad y la depresión.

  1. La ansiedad como punto de partida:
    En muchas personas, este cuadro comienza con un estado de ansiedad sostenida. La mente se llena de pensamientos anticipatorios negativos, como «¿y si algo sale mal?» o «no voy a ser capaz de manejarlo». Esto activa una respuesta emocional de miedo constante que mantiene al cuerpo y a la mente en un estado de alerta. Con el tiempo, esta vigilancia permanente agota los recursos emocionales, y la persona comienza a sentirse desbordada.
  2. El impacto emocional de la ansiedad:
    La ansiedad no solo desgasta, también limita. La persona puede evitar situaciones por temor a fracasar, hacer el ridículo o perder el control. Estas evitaciones refuerzan la sensación de incapacidad, lo que, con el tiempo, genera frustración, autocrítica y pérdida de confianza. Aquí comienza a aparecer el componente depresivo.
  3. La depresión como consecuencia:
    Cuando el miedo constante interfiere con la vida cotidiana y las metas personales, es fácil caer en un estado de desesperanza. La mente pasa de anticipar peligros a ver el futuro como algo sombrío e inalcanzable. Emociones como la tristeza, el desánimo y la culpa se instalan, y la energía emocional disminuye. Esto refuerza aún más la ansiedad, creando un círculo vicioso difícil de romper.
  4. La combinación de ambos estados:
    Ansiedad y depresión se retroalimentan. La ansiedad genera una presión interna que lleva al agotamiento y la desmotivación, mientras que la depresión debilita la capacidad de enfrentarse a los retos diarios, aumentando la inseguridad y el temor. Este equilibrio negativo genera un estado emocional complejo, donde el malestar es constante y se experimenta en múltiples niveles: mental, emocional y físico.

¿Cuál es el tratamiento para el trastorno ansioso depresivo?

El tratamiento del trastorno ansioso depresivo puede variar según la gravedad de los síntomas y las preferencias del paciente. Algunas de las principales opciones de tratamiento incluyen:

  • Psicoterapia: Hablar con un terapeuta puede ser altamente beneficioso. Ellos pueden ofrecer apoyo y estrategias para manejar la ansiedad y la depresión.
  • Medicamentos: En algunos casos, los psiquiatras pueden recetar antidepresivos o ansiolíticos que ayuden a equilibrar los neurotransmisores en el cerebro.
  • Cambios en el estilo de vida: Incorporar ejercicio, mejorar la alimentación y practicar la meditación pueden contribuir a una mejor salud mental.

¿Tiene cura el trastorno ansioso depresivo?

La respuesta corta es: sí, se puede superar. No existe una fórmula que funcione igual para todo el mundo. Sin embargo, una evaluación psicológica bien realizada es imprescindible para poder estructurar una terapia psicológica adaptada a cada caso. En algunos casos es neesario una intervención combinada con psicofármacos, por lo que ene esto casos es valioso el poyo psiquiátrico.

En terapia se trabaja para:

  • Entender patrones: Identificar cómo se retroalimentan la ansiedad y la depresión.
  • Manejar el estrés diario: Aprender técnicas de relajación, respiración profunda, mindfulness o simplemente estrategias para no ahogarse en preocupaciones cotidianas.
  • Revisar los pensamientos y creencias: Trabajar las creencias que hacen sentir a la persona inútil, incapaz o derrotada antes de tiempo.
  • Practicar cambios graduales: No se pretende que de un día para otro la energía y la motivación vuelvan al 100%, sino que, paso a paso, la persona incorpore hábitos más saludables y recupere algo de placer en lo cotidiano.

Terapia psicodinámica o psicoanalítica

La terapia psicodinámica se centra en explorar el mundo interno, indagando en las raíces emocionales y psicológicas del malestar. En el caso del trastorno ansioso depresivo, esta terapia:

  • Explora la historia personal: Busca entender cómo eventos pasados han influido en los patrones emocionales actuales.
  • Da sentido al síntoma: En vez de ver la ansiedad y la depresión como problemas aislados, intenta comprender su función en la vida de la persona.
  • Apunta a cambios profundos: Más allá de aliviar los síntomas, busca también transformar los patrones de la persona en relación con sus emociones y su historia personal.

Consejos prácticos para el día a día

Mientras se avanza en terapia, hay cosas sencillas que pueden marcar la diferencia:

  • Pequeños objetivos: Establece metas alcanzables, como levantarte a la misma hora todos los días o dar un paseo corto.
  • Contacto con la realidad: Pregúntate si los pensamientos negativos tienen pruebas reales o son solo anticipaciones.
  • Actividad física: El movimiento ayuda a liberar tensiones y mejora el estado de ánimo.
  • Cuidar el sueño y la alimentación: Un cuerpo equilibrado favorece una mente más estable.
  • Apoyarte en otros: Hablar con alguien de confianza alivia el peso emocional.

¿Y la medicación?

En muchos casos, la medicación psiquiátrica es un aliado estratégico necesario. Un psiquiatra puede recetar antidepresivos o ansiolíticos según el caso para estabilizar el estado de ánimo y permitir que el trabajo psicológico sea efectivo.

Mujer en casa preocupada con trastorno ansioso depresivo

Consejos prácticos para afrontar el trastorno ansioso depresivo

Si sientes que la ansiedad y la depresión están afectando tu vida, aquí hay algunos consejos que pueden ayudarte:

  • Establece una rutina diaria: Tener un horario predecible puede ofrecer una sensación de control.
  • Incorpora actividad física: El ejercicio regular libera endorfinas, que mejoran el estado de ánimo.
  • Practica técnicas de relajación: La meditación, el yoga o simplemente la respiración profunda pueden reducir la ansiedad.
  • Conéctate con otros: Hablar con amigos o familiares sobre tus sentimientos puede ser liberador.
  • Busca ayuda profesional: Un profesional en salud mental cualificado es imprescindible para recibir un tratamiento adecuado.

Reflexiones finales sobre el trastorno ansioso depresivo

Al abordar el trastorno ansioso depresivo, es esencialcomprenderlo y saber que hay soluciones disponibles. Comprender tus síntomas y sus causas es un paso crucial hacia la recuperación. Si bien puede ser complejo, la búsqueda de ayuda y el apoyo emocional son fundamentales para sanar.

Sé lo difícil que puede ser vivir atrapado entre la ansiedad y la depresión, sintiendo que cada día es una lucha sin fin. Pero quiero que sepas que hay una salida. Juntos podemos desatar esos nudos internos que te mantienen estancado y ayudarte a recuperar la calma, la energía y las ganas de vivir.

Reserva una cita y empieza hoy el camino hacia el bienestar que mereces. Tu vida puede cambiar, y este es el primer paso.

Referencias Bibliográficas

Asociación Americana de Psiquiatría. (2022). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (5ª ed., revisión de texto). Editorial Médica Panamericana.

Barlow, D. H. (2002). Anxiety and its disorders: The nature and treatment of anxiety and panic (2nd ed.). New York: The Gilford Press.

Calvo, P. H., López, I. C., Díaz, C. V., & Torres, R. H. (2023). Anamnesis y exploración psicopatológica en el paciente con síntomas ansiosos y/o depresivos. Medicine, 13(84), 4957–4964. https://doi.org/10.1016/j.med.2023.08.004

Organización Mundial de la Salud. (2019). Clasificación internacional de enfermedades para estadísticas de mortalidad y morbilidad (11ª revisión). Disponible en https://icd.who.int/

Vallejo Ruiloba, J. & Gastó Ferrer, C. (2000). Trastornos afectivos: ansiedad y depresión (2da. ed.). Barcelona: Masson. Enlace Google Books

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