Debido a la parestesia, sentir hormigueos, entumecimientos o ardor en diferentes partes del cuerpo puede ser alarmante, especialmente si no entiendes por qué ocurren. Tal vez te ha pasado que, en un día estresante, notas un adormecimiento en el lado izquierdo del cuerpo sin explicación aparente. Es normal que te preocupes y pienses en algo más grave relacionado con el corazión.
Estas sensaciones, aunque extrañas o incómodas, tienen una razón detrás: suelen estar relacionadas con la ansiedad. Esto no significa que estés «enfermo» de algo grave, sino que tu cuerpo está reaccionando al estrés de una forma más intensa de lo que quisieras.
A lo largo de este artículo, vamos a explorar juntos qué es la parestesia por ansiedad, cómo sucede y, sobre todo, cómo puedes aliviar estos síntomas para recuperar la tranquilidad.
¿Qué es la parestesia?
La parestesia es un término clínico que describe una sensación anormal en la piel que no tiene una causa física externa evidente. Esta sensación puede manifestarse como hormigueo, entumecimiento, pinchazos, ardor o una sensación de «alfileres y agujas». A diferencia del dolor, la parestesia es generalmente descrita como una molestia que puede ser intermitente o persistente.
Desde un punto de vista médico, la parestesia ocurre debido a la disfunción o irritación de los nervios periféricos o centrales. Esta alteración puede deberse a múltiples causas, incluyendo:
- Estados de hiperventilación: Comunes en la ansiedad, donde los cambios en los niveles de dióxido de carbono en la sangre afectan los nervios periféricos.
- Alteraciones metabólicas: Por ejemplo, en la diabetes, donde los altos niveles de glucosa pueden dañar los nervios (neuropatía).
- Trastornos neurológicos: Como la esclerosis múltiple, donde hay daño en la mielina que recubre los nervios.
- Compresión nerviosa: Como ocurre en el síndrome del túnel carpiano o cuando una extremidad queda dormida por mantenerla en la misma posición.
¿Por qué ocurre la parestesia por ansiedad?
La parestesia asociada a la ansiedad puede explicarse por varios factores que afectan cómo funciona tu sistema nervioso:
- Respiración rápida (hiperventilación):
Cuando estamos ansiosos, solemos respirar más rápido y superficialmente. Esto altera el equilibrio de oxígeno y dióxido de carbono en el cuerpo, lo que puede causar hormigueo o entumecimiento, especialmente en extremidades como las manos y los pies. - Tensión muscular crónica:
Si alguna vez has sentido las manos agarrotadas por ansiedad, esto se debe a que tus músculos permanecen en un estado de tensión constante. Esa rigidez puede comprimir los nervios periféricos, provocando sensaciones incómodas. - Focalización excesiva en el cuerpo:
Cuando estamos ansiosos, prestamos más atención a cualquier pequeña sensación corporal. Por ejemplo, un ligero hormigueo que normalmente ignorarías puede parecer mucho más intenso. - Cambios en la circulación sanguínea:
Durante un episodio de ansiedad, el flujo sanguíneo puede redistribuirse hacia los órganos principales, dejando ciertas áreas más frías o dormidas, como los dedos o las extremidades.
Relación entre estrés y parestesia
La relación entre el estrés y la parestesia radica en cómo el cuerpo responde al estado de alerta prolongado. Bajo estrés constante, el sistema nervioso simpático permanece activado, provocando tensión muscular crónica y alteraciones en la circulación sanguínea. Esto puede comprimir los nervios periféricos o interrumpir su funcionamiento normal, generando sensaciones de hormigueo, entumecimiento o ardor. Además, la hiperventilación, común en situaciones de ansiedad, desequilibra los niveles de oxígeno y dióxido de carbono en la sangre, amplificando estas sensaciones.
Síntomas comunes de la parestesia por ansiedad
Reconocer los síntomas puede ayudarte a entender que estas sensaciones, aunque molestas, no son peligrosas. Entre los más comunes se incluyen:
- Hormigueo en manos y pies por ansiedad.
- Sensaciones de «alfileres y agujas» en brazos, piernas o rostro.
- Adormecimiento del lado izquierdo del cuerpo, que puede preocupar por su similitud con otros problemas de salud.
- Molestias en la boca o mandibula por ansiedad, relacionado con tensión mandibular o bruxismo.
- Ardor inexplicable o frío localizado en ciertas áreas del cuerpo.
Estos síntomas suelen ser temporales y desaparecen a medida que el cuerpo recupera su equilibrio.
Tratamiento para la parestesia por ansiedad
El tratamiento más eficaz para la parestesia por ansiedad se enfoca en abordar la raíz: la ansiedad misma. Estas son algunas opciones:
- Psicoterapia:
Hablar con un terapeuta puede ayudarte a identificar los patrones de pensamiento, comportamiento y hábitos que perpetúan la ansiedad y sus síntomas físicos. - Técnicas de relajación:
Mindfulness, meditación guiada o incluso el yoga pueden ayudarte a calmar la mente y reducir la tensión física. - Ejercicio físico:
Actividades regulares como caminar o hacer yoga ayudan a mejorar el flujo sanguíneo y liberan endorfinas, lo que alivia tanto los síntomas físicos como el estrés emocional.
En algunos casos, un médico puede recomendar medicamentos para estabilizar el sistema nervioso si los síntomas son muy persistentes.
¿Cómo aliviar la parestesia por ansiedad?
Sentir la parestesia por ansiedad puede ser frustrante, pero hay formas de manejarla. Aquí tienes estrategias que pueden ayudarte:
- Respira lentamente:
Coloca una mano en tu abdomen. Inhala profundamente por la nariz durante 4 segundos, siente cómo se expande tu abdomen, y exhala lentamente por la boca contando hasta 6. Esta técnica ayuda a equilibrar los niveles de oxígeno y reduce el hormigueo. - Relajación muscular progresiva:
Comienza tensando los músculos de tus pies, mantén la tensión unos segundos y luego relájalos. Ve subiendo por el cuerpo hasta llegar al rostro. Esto puede aliviar las manos agarrotadas por ansiedad y otras sensaciones físicas. - Muévete:
Un paseo ligero o unos minutos de estiramientos pueden mejorar la circulación y aliviar el adormecimiento del lado izquierdo del cuerpo o el hormigueo en las extremidades. - Desvía tu atención:
Cuando notes síntomas como el dolor de boca por ansiedad o el ardor, intenta redirigir tu enfoque hacia algo externo, como describir objetos a tu alrededor o contar respiraciones.
Algunos Consejos prácticos para manejar la parestesia por ansiedad en tu vida diaria
Además de los tratamientos profesionales, puedes incorporar estos hábitos para aliviar las sensaciones incómodas:
- Mantén un diario: Escribe cómo te sientes para identificar patrones y desencadenantes.
- Evita estimulantes: Reducir el consumo de cafeína puede disminuir la frecuencia de los síntomas.
- Autocuidado: Dedica tiempo a actividades relajantes, como escuchar música tranquila o leer.
Conclusión
La parestesia por ansiedad puede ser desconcertante, pero no es peligrosa. Comprender que estos síntomas son una respuesta normal al estrés y la ansiedad es el primer paso para manejarlos. Con estrategias adecuadas y apoyo profesional, puedes reducir significativamente su impacto y recuperar la calma.
Si sientes que estos síntomas están interfiriendo con tu vida diaria, no dudes en buscar ayuda. Reserva tu cita hoy y trabajemos juntos para mejorar tu bienestar emocional y físico.
Referencias Bibliográficas
Barlow, D. H. (2002). Anxiety and its disorders: The nature and treatment of anxiety and panic (2nd ed.). New York: The Gilford Press. https://www.guilford.com/books/Anxiety-and-Its-Disorders/David-Barlow/9781593850289
Vallejo Ruiloba, J. & Gastó Ferrer, C. (2000). Trastornos afectivos: ansiedad y depresión (2da. ed.). Barcelona: Masson. Enlace Google Books